Cuando visitas pueblos de los considerados bonitos y atractivos para el turismo, te das cuenta de que Luco de Jiloca tiene muchos de los alicientes que, a los que tenemos casa en el pueblo, nos parece una suerte y a los que no la tienen o no lo conocen, les gustaría y atraería. Y se preguntarán: ¿cómo es Luco, qué es lo que lo caracteriza?
Luco tiene patrimonio cultural y natural, Luco tiene tradición, Luco tiene encanto. Luco es pequeño y esto, lejos de ser un inconveniente es una ventaja, por la tranquilidad, porque es como vivir en familia, porque los niños y niñas juegan y corretean a sus anchas, sin peligro. Luco es acogedor y con sus gentes pronto se entabla una especial camaradería y enseguida puedes tomarte una cerveza y charrar en la Plaza o en el Teleclub. Y no, no es que tenga solo una plaza, tiene varias y alguna es un museo al aire libre como la Plaza de la Agricultura, con ese homenaje que rinden sus espacios diferenciados a aperos y cultivos de otras épocas: vid, cáñamo…
La Plaza de los Zarragones te espera en el camino de la estación, si quieres descansar, tras caminar por una de sus rutas senderistas o ir en bici por la vía verde, ese Camino Natural Santander- Mediterráneo, cuyos puntos kilométricos 16-18 discurren por los parajes de Luco, atravesando su vega y, a veces, el cauce del Jiloca, camino que conduce a una de las joyas patrimoniales de Luco como es el Puente Romano, declarado BIC, en el paraje de Entrambasaguas pues se yergue sobre el río Pancrudo, justo antes de desembocar en el río Jiloca. De las tres áreas recreativas de Luco, esta zona del Puente Romano, situada entre sus dos ríos y junto a la majestuosa ermita de Ntra. Sra. del Rosario, patrona de Luco de Jiloca, es la más visitada.

En su patrimonio cultural religioso, además de la citada ermita, en Luco destacan la de Sta. Bárbara, hoy centro cultural y de exposiciones, la del Sto. Cristo y, cómo no, su espléndida Iglesia Parroquial, bendecida en el S. XVI, con magníficos retablos manieristas y barrocos.

En su arquitectura civil, sobresale en la Plaza Mayor la Casa Grande, una casa- palacio, digno exponente de las casas solariegas de Aragón, que edificó en el S. XVII la noble familia de los Álava. Destacan también por sus calles otros edificios señoriales con sus portaladas de piedra que atestiguan la importancia que tuvo Luco en los recientes siglos pasados. Su Posada dio a Luco fama gastronómica con sus judías de cosecha, sus conservas y escabechados. Por no hablar de la variedad de pastas y tortas que las mujeres llevaban a cocer al horno, hoy convertido en Casa Rural, cuando se acercaban sus fiestas patronales de S. Félix y de la Virgen del Rosario. También se puede visitar el Lavadero.
En tiempos pasados en su arquitectura industrial fueron relevantes el martinete de cobre, la chocolatería Loma, el molino harinero, la fábrica de luz, la estación de tren, la herrería…

Entre sus tradiciones, hoy la fama se la dan sus recuperados carnavales conocidos como Zarragones que cada año atraen a más personas deseosas de conocerlos.

El encanto que tiene Luco se acrecienta con sus paisajes: sus arboledas, sus arbustos, su cultivada y fértil vega; sus huertos con sus sabrosos tomates, verduras, hortalizas y frutas; sus ríos en los que se puede pescar; sus montañas y colinas que están tan a mano, con sus pinares en los que se pueden coger setas de cardo y robellones y entre los que se puede cazar y hacer rutas senderistas andando o en bicicleta. El pantano de Lechago cuya presa está en Luco. El huerto solar, constituido en Comunidad energética, por iniciativa de unos jóvenes para beneficio de los actuales socios y de los que quieran apuntarse.
Por tener, tiene desde frontón a asador, pasando por pabellón y sus famosas peñas.
Este es Luco de Jiloca, un pueblo bonito y con encanto que merece ser visitado.

Como dicen sus lemas: ¡Siempre Luco! y ¡A lo Luco se vive mejor!

Pilar Fraj
Plaza de los Zarragones
Plaza de los Zarragones en Luco de Jiloca
Iglesia de la Asunción en Luco de Jiloca
Paseo de la riera en Luco de Jiloca
Localización en el mapa de Luco de Jiloca